Macetas de bonsái
Macetas de bonsái artesanales. Cocidas a una temperatura de 1250º C. Si no encuentras aquí una maceta adecuada para tu bonsái, puedes solicitar una a medida.
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Macetas de bonsái sin esmaltar
En ésta primera colección de piezas comencé trabajando totalmente a mano. apenas con unos palillos y unas espátulas, sobre una torneta. Ésto me permitía conocer muy bien el material, su plasticidad y el cómo trabajarlo etc.. Fué una oportunidad para experimentar con los distintos tipos de materiales, sus colores tipos y tamaños de grano. Así como trabajar con distintas temperaturas en el horno. De ahí fuí sacando muchos datos que me sirvieron para dar con el tipo de piezas que buscaba en ese momento. Piezas muy artesanales con mucha personalidad y muy rústicas. Buscaba la belleza de la imperfección y evitando la perfecta simetría. Al tiempo comencé a trabajar con el torno. Una manera totalmente de trabajar que me permitía una mayor rapidez y piezas mucho más precisas. Afinando más en igualdad de grosores y en acabados más limpios. Esto me permitía realizar diseños más clásicos.
Este trabajo es el fruto de aunar las ventajas de trabajar con torno y la cercanía que te da el trabajar con las manos, pudiendo transmitir al material todo lo que quiero expresar.
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Macetas de bonsái esmaltadas
Esta es la colección de piezas esmaltadas. Es una serie de piezas en las que he puesto mucho cariño.
En primer lugar hablar del diseño de cada pieza y de los materiales utilizados. Son piezas trabajadas tanto a mano como con torno en las que buscaba la mayor cantidad de detalles dentro de una misma colección a diferencia de otras colecciones, no he pretendido seguir una línea y que esta fuese evolucionando hasta dar lugar a “otra cosa”. En este caso quería experimentar con cada pieza y que cada una de ellas fuese diferente. He trabajado mucho con el tipo de labios de cada maceta, Tiestos con labios hacia adentro , otros hacia fuera o aveces sin labio. Lo mismo hice con las patas experimente con las distintas formas de las patas así como el número por pieza.
una vez bizcochadas cada pieza comenzaba el proceso de esmaltado. Para ello hice muchísimos ensayos antes de decidirme por cada color para cada tiesto.
También jugando con los colores base de cada pieza, de manera que ibas encontrando colores que no esperabas, simplemente porque el color de la base no es igual que en otra maceta en la que ya habías utilizado esa misma fórmula.
Es un proceso complicado lleno de imprevistos pero sobre todo mágico, donde cada pieza acaba siendo única.
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Macetas para plantas de acento
Este conjunto de piezas ha sido fruto de las inmensas ganas de “probar”, probar con formas, colores, texturas y tamaños. El proceso de diseño de estas piezas fue evolucionando. En primer lugar iba buscando formas puras pero a la vez muy orgánicas, o al menos desde mi parecer formas sencillas en las que la curva estuviera muy presente, procurando realizar líneas suaves y a la vez que quedaran muy definidas las aristas en cada pieza. Poco a poco y conforme iba trabajando más con el material fui descubriendo sus propiedades, (distintos tipos de grano y plasticidad, colores, texturas). Me encontré con otras posibilidades de diseño y casi sin querer lo que empezaba siendo una maceta de formas puras limpias y de curvas continuas, acaba transformándose en una pieza muy rústica con texturas ásperas, aristas o filos quebrados, a veces como rocas sacadas de un volcán. Las gamas de colores utilizados también fue cambiando, partiendo de colores suaves y lisos, a colores heterogéneos con degradados y burbujas.
Esto no es más que una manera de comenzar, es un camino de aprendizaje y sobre todo de búsqueda de la belleza.
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Kuramas y lajas
Esta colección de piezas son fruto de un minucioso trabajo y estudio de distintos tipos de rocas. Saber cómo generar formas naturales, fracturas, grietas y roturas que parezcan reales. Formas orgánicas que a pesar de jugar con la fantasía no dejan de evocar la naturaleza. El uso de los colores es muy importante, de manera que sean armoniosos con los tonos de la corteza de los troncos pero a su vez sin que dejen de parecer rocas halladas en la naturaleza. Texturas que emulan rocas volcánicas, a veces incluso con líquenes y microorganismos adheridos a su superficie, hacen de esta colección un auténtico ejemplo de naturaleza.
